Avelina Sánchez-Carpio
Pintura desde la caverna, mana desde las vísceras, expresada por fuerzas incontrolables para delirio del observador. Sin duda, los trazos, unas veces salvajes otras finos y técnicos, no dejan indiferente y generan todo tipo de emociones.
La obra de Avelina, de influencias dispares, renacimiento, modernismo, grafiti, hiperrealismo, sin olvidar lo rupestre, ha evolucionado y se ha replegado a lo fundamental una y otra vez hasta destilarse en una sutil daga que hiere con desvergüenza las conciencias. Necesidad de contar, de expresión, libre, desatada, encuentra en el blanco lienzo una ventana al aire fresco de la mañana.
El núcleo central de la exposición lo constituyen obras de su época abstracta, en las que investiga con el color y las texturas.
Avelina Sánchez-Carpio ha mostrado su obra en exposiciones individuales y colectivas, habiendo recibido reconocimiento y diversos premios.
Inmediatamente he distinguido tu obra del resto, no ya sólo porque estaba en lugar preferente, sino porque en las medidas aproximadas de 0,80 X 1,00 m. (tamaño y medidas en las que a otros les cabe medio cuerpo- y estoy citando por ejemplo, a Velázquez), no se podía haber expresado mejor lo borrado-desgarrado con blanco sobre un fondo patético pero desafiante, que refleja la última operación de rabia de la autora. Goya ya nos da un ejemplo muy al final de su vida. Las llamadas pinturas negras son las más reveladoras para él mismo. Y desde ahí está a un paso de las “monstruosidades” (dicho con todos los respetos) que ha producido la pintura durante el siglo XX”.
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